Un apagón eléctrico global paraliza Euskadi y deja sin luz a comercios, empresas y hogares

Un apagón eléctrico global paraliza Euskadi y deja sin luz a comercios, empresas y hogares

Sociedad

El día que todo se apagó: el cero energético del 28 de abril

Euskadi fue de las primeras en volver a la normalidad, pero el apagón reveló la dependencia tecnológica de empresas y ciudadanos

Más información: Las impactantes imágenes del masivo apagón eléctrico en Euskadi

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Lunes, 28 de abril de 2025. Doce y media de la mañana. Se convierte en uno de esos días que quedarán grabados en la memoria colectiva: "El día que todo se apagó". Como aquel 14 de marzo de 2020, cuando Pedro Sánchez decretó el estado de alarma por la covid; o el 29 de octubre de 2023, cuando la DANA arrasó el sur de Valencia.

Con el paso de las horas, se fue aclarando que no se trataba de un simple fallo local, sino de una desconexión eléctrica de gran escala que afectó no solo a España, sino también a Portugal, parte de Francia, Andorra, Alemania e Italia. La situación volvió a dejar imágenes inéditas

En Euskadi, la normalidad regresó antes que en muchas otras zonas gracias a la subestación eléctrica de Hernani. Concretamente, por su posición geográfica muy cerca de Francia.

Tan solo dos horas después del apagón, gran parte de los vascos y vascas ya tenían electricidad. A las 18:00 se había restablecido el 84% del suministro eléctrico; a las 21:00, el 93%; y para las 7:00 del martes, el servicio se había recuperado por completo.

En otras partes de la península, la recuperación fue más paulatina. La incertidumbre provocó reacciones inmediatas: compras de radios, linternas, pilas... y estanterías vacías en los supermercados. Las redes sociales, para quienes disponían de datos móviles, se convirtieron una gran fuente de información.

Las preguntas no tardaron en aparecer: ¿Cuánto durará? ¿Ha sido un sabotaje? ¿Estamos preparados? ¿Qué hacemos si no vuelve la luz? Las reuniones de emergencia por parte de los líderes políticos y las hipótesis se multiplicaban.

No obstante, a día de hoy, a pesar de no conocer la causa exacta, Red Eléctrica descarta un ciberataque o un fallo humano. La compañía apunta a "dos desconexiones" como origen de lo que se conoce como "cero energético", un hecho sin precedentes en la historia reciente de España. 

La dependencia de la tecnología

Como cada catástrofe que sacude al país, queda la pregunta esencial: qué hemos aprendido. Para algunos, la necesidad de tener un kit de supervivencia. Para otros, la importancia de contar con dinero en efectivo. Pero el aprendizaje más profundo es evidente: dependemos por completo de la tecnología.

La gente quedó incomunicada, en algunos casos, literalmente. Las fallas en las comunicaciones afectaron al transporte. En Euskadi, servicios como Renfe, Euskotren y Metro Bilbao se vieron interrumpidos y no se retomó la actividad con normalidad hasta el martes. De hecho, trayectos esenciales como Vitoria-Miranda de Ebro se suspendieron.

Electrogeneradores, ¿deberían ser obligatorios? 

El cero energético también ha obligado a mirar hacia servicios esenciales. ¿Qué ocurrió en hospitales y aeropuertos? La respuesta: pudieron continuar con su actividad gracias a los generadores alimentados con gasolina.

De hecho, empresas con gran dependencia electrointensiva, como Mercedes y Michelin, arrancaron su producción tras el lunes festivo, con ciertas dificultades. Además, nace una nueva conclusión: no todas las empresas disponen de grupos electrógenos preparados para una crisis prolongada en el tiempo.

La reflexión es evidente: tanto las empresas como las personas somos dependientes de la tecnología. Puede que estemos preparados para mantener algunos servicios esenciales durante unas pocas horas sin electricidad ni conexión, pero quizás ha llegado el momento de considerar estos equipos como elementos imprescindibles en la empresa moderna.