Unos pinchos originales en una barra de un bar de Euskadi.

Unos pinchos originales en una barra de un bar de Euskadi. Turismo Euskadi

Gastronomía

El templo de los pinchos en la capital de Euskadi: son los más raros y los que más enamoran a los vascos

Con el paso de los años se han creado pintxos más modernos, pero no ha sido motivo para dejar de atraer a la clientela, todo lo contrario. Lo demuestra este bar. 

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Uno de los pintxos más queridos es la Gilda, a base de tres ingredientes clave: piparra, aceituna y anchoa, considerada uno de los primeros bocados en miniatura. Esta nació en San Sebastián o Donostia y se ha vuelto todo un referente culinario en la villa. Los pintxos son unos símbolos culinarios muy queridos en Euskadi. Pequeñas porciones de comida preparadas y servidas sobre un trozo de pan.

Nunca pueden faltar en las barras vascas y hay de todo tipo. Desde elaboraciones sencillas como tortilla de patatas hasta creaciones más complejas. Sean como sean, estos forman parte de la cultura vasca y son un manjar muy apreciado. Con el paso de los años se han creado pintxos más modernos, pero no ha sido motivo para dejar de atraer a la clientela, todo lo contrario. Lo demuestra a la perfección El Rincón de Luis Mari, en la calle Rioja número 14 (Vitoria-Gasteiz), con sus peculiares bocaditos

Los pinchos más raros de Euskadi

En este curioso local de los de toda la vida ubicado en Vitoria y cerca del Casco Viejo sirven los pinchos más curiosos de Euskadi. Pionero del picoteo en la capital vasca, El Rincón de Luis Mari, con más de 30 años a sus espaldas y donde el éxito reside en la calidad del producto, es capaz de cautivar los paladares más exigentes con sus obras de arte en miniatura y su seductora barra. Unas creaciones que nunca fallan y que llevan atrayendo a la misma clientela desde hace años.

Ahora es Iñigo, hijo del dueño, quien se encarga del negocio y se asegura de mantener la esencia del local antes dirigido por su padre Luis Mari, conocido por su originalidad a la hora de preparar los pinchos. Obras que hoy día se mantienen en un ambiente rústico y cálido lleno de detalles únicos. 

En su carta sobresalen no solo sus exitosos pintxos, que se agotan muy rápido y entre los que destacan el Serranito (bocado de virutas de jamón serrano y panceta ibérica por 2.50 euros), el popular Antxopi (muy querido en Vitoria que se compone de un trozo de pan con anchoa, huevo duro picado, pimiento, mayonesa y ajo y perejil, por 2.50 euros), el Romerito (láminas de tocino) o el Increíble (montado de lomo y queso). También destacan sus raciones, flautas y puntas. 

Pintxo de El Rincón de Luis Mari.

Pintxo de El Rincón de Luis Mari. El Rincón de Luis Mari

Así, merecen una mención especial las imprescindibles puntas de bonito por 2.50 euros, las de jamón serrano por 3.50 euros; las flautas de salmón y bacalao ahumado, los pintxos fríos, como el bonito, los encurtidos, las anchoas y las raciones que mantienen enamorada a la clientela fiel, como los pimientos asados, la fritura de puntillitas o la tortilla de patatas, entre otras. Quienes lo prefieran pueden decantarse por el marisco y, para los más indecisos, ofrecen su 'menú picoteo'. 

Un lugar que reina por su brillo y su mimo siembra el éxito. La fidelidad de la clientela es la clave para comprender el alma de un local con decenas de años de historia. El Rincón de Luis Mari es ejemplo de que da igual lo que se modernice la sociedad, todos van a querer volver donde un día, hace años, fueron felices.