Instalaciones del grupo Celsa al que pertenece Nervacero / X

Instalaciones del grupo Celsa al que pertenece Nervacero / X

Empresas

Celsa prepara el relevo al frente de Nervacero por la jubilación de Pablo Beitia

La plantilla de la fábrica vizcaína pide concretar cuanto antes el cambio en la gestión en un contexto de incertidumbre en el accionariado del grupo por el retraso en la entrada de un socio industrial

Más información: Nervacero prorrogará el ERTE a la espera de inversiones y de una activación del mercado

Publicada

Tras varios intentos fallidos de dar entrada a un nuevo socio, Celsa sigue a la caza de un actor industrial que relance el negocio y blinde el futuro de la actividad. El grupo catalán tiene en Euskadi dos plantas históricas venidas a menos como son Laminaciones Arregui y Nervacero, este última a la espera de la llegada de un nuevo jefe de fábrica por la jubilación de Pablo Beitia.

El hasta ahora máximo responsable de la gestión de Nervacero y director también de la actividad de la acería pone fin a su andadura en la factoría vizcaína y se espera el nombramiento de un sustituto procedente de dentro de la estructura del propio grupo, todo ello en un contexto de incertidumbre por las incógnitas sobre el futuro del accionariado.

Hay que recordar que los fondos de inversión acreedores de la deuda se hicieron con el control de Celsa tras un proceso judicial hace ya cerca de dos años, un movimiento visto con gran peligro desde la parte laboral que forzó una serie de compromisos industriales avalados por el propio Gobierno de Pedro Sánchez.

Movilización de la plantilla de Nervacero en Bilbao

Movilización de la plantilla de Nervacero en Bilbao

Sin socio y sin plan industrial

Entre otras cuestiones, se selló un acuerdo para dar entrada en el 20% del accionariado a un socio industrial, un punto muy relevante en clave de futuro de la actividad y el empleo pero que está aun pendiente.

Para esa quinta parte del capital han sonado nombres como el propio José Antonio Jainaga, ahora inmerso en la operación Talgo, y otras siderúrgicas nacionales como Gallardo-Balboa o Megasa.

La realidad es que la delicada situación del sector ha hecho inviable hasta ahora la compra de ese 20% a los fondos por parte de ninguna acerera española, de ahí que hayan surgido otras opciones alternativas como la de Criteria, el holding inversor de La Caixa, en una operación de arraigo 'a la catalana' pero descartada finalmente por motivos económicos.

Celsa no encuentra matrimonio y lo cierto es que tampoco los fondos están mostrando demasiada prisa. Por ahora el grupo en el que están Strategic Value Partners, Attestor o DWS ya ha hecho caja con las ventas de algunas filiales extranjeras y la debilidad del mercado del acero invita a no precipitarse con la operación relativa a ese 20%.

Planta de Nervacero en Portugalete, del grupo Celsa

Planta de Nervacero en Portugalete, del grupo Celsa

A la espera de inversiones

En este periodo de impasse la vida sigue en las plantas y en el caso de Nervacero, que vende acero corrugado para construcción y otros sectores, se está a la espera de la implementación de las inversiones anunciadas para ganar competitividad mediante una ampliación de capital, de unos 10 millones de euros según los planes trazados por la nueva dirección en Cataluña.

En ese sentido, ya se ha puesto en marcha una pequeña remodelación para ganar eficiencia en uno de los hornos, aunque la plantilla sigue demandando un plan a largo plazo.

Los algo más de 300 trabajadores llevan tiempo en ERTE, que se aplica sobre todo en la parte de producción de acería, y de nuevo 2025 será un ejercicio de mínimos, muy en línea del volumen de toneladas de años anteriores, aunque hay cierta confianza en una recuperación de la demanda tras el verano.

En ese sentido, la plantilla considera que es momento ya de consumar el relevo al frente de la factoría ya que, según explican fuentes del comité, Beitia se despidió hace varias semanas de los trabajadores, si bien aun mantendría cierto vínculo con la acería a modo de 'puente' antes de cerrar su etapa en Nervacero definitivamente.

La parte social entiende que la llegada de un nuevo máximo responsable en la planta es vital de cara a perfilar el próximo curso y asegurar la planificación de la producción a medio plazo.