Protesta en Llodio contra el cierre de Guardian / Iñaki Berasaluce Europa Press

Protesta en Llodio contra el cierre de Guardian / Iñaki Berasaluce Europa Press

Empresas

Apagón de Guardian Llodio: la fuga de una empresa histórica deja un agujero en la comarca

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El cierre de Guardian es una de las peores noticias en este inicio de año para la economía vasca. Ha sido un adiós progresivo que se confirmaba a comienzos de abril y que deja huérfana a la comarca de Aiaraldea de una de sus empresas históricas.

La empresa norteamericana de vidrio, que llegó a superar los mil trabajadores en Llodio, venía dando muestras de ir a menos en el municipio alavés y el primer movimiento crítico se dio con la venta fracasada de su división de parabrisas que desembocó en el cierre de Glavista.

La parte del negocio que quedaba en pie ha mantenido su actividad unos años más hasta que este pasado mes de enero anunciaba el cierre y el despido de sus 170 trabajadores. Pese a las movilizaciones de la plantilla y la presión institucional la decisión no ha tenido vuelta atrás y finalmente a comienzos de abril se alcanzaba un acuerdo económico para la salida de todos sus empleados.

A partir de ahí, reproches entre oposición e instituciones y lecturas sindicales sobre la avaricia de las multinacionales que, a fin de cuentas, no han servido para mover la postura de la compañía estadounidense.

Imagen de la fábrica multinacional Guardian Glass en Llodio

Imagen de la fábrica multinacional Guardian Glass en Llodio EFE

Reflotar la actividad

Contínúa eso sí el trabajo en la sombra de las instituciones, lideradas por el Gobierno vasco, para tratar de recolocar empresas con actividad productiva en las instalaciones cerradas. A preguntas de la oposición parlamentaria el consejero de Industria, Mikel Jauregi, no ha querido dar pistas sobre estos posibles inversores y el diputado general de Álava, Ramiro González, volvía a pedir estos días discreción para no tumbar las negociaciones en curso.

En ese sentido, la escasez de suelo industrial en Álava puede propiciar que, entre los proyectos empresariales en marcha, haya algunos interesados en recalar en Llodio. Esa es la baza de las instituciones, que afrontan el asunto de Guardian como cuestión prioritaria en Álava para tratar de recuperar al menos una parte de los 170 empleos perdidos, que son muchos más si se suman los de Glavista, algo difícil de por sí pero más aun si se exigen puestos de perfil industrial con buenas condiciones laborales.

Movilización de la plantilla de Guardian

Movilización de la plantilla de Guardian Europa Press

Para el recuerdo queda la batalla de los trabajadores, tanto los de Glavista como estos últimos superivivientes ahora despedidos en abril, por mantener en activo una de las míticas empresas vidrieras de Llodio y de la comarca de Aiaraldea.

El pico de tensión se alcanzó cuando la propia multinacional procedió al apagado del horno confirmando que no había ninguna intención de retomar la producción, con los trabajadores a las puertas de la factoría y numerosas críticas desde la parte social al Gobierno vasco por permitir esa maniobra que precipitaba un cierre rápido de la empresa.

La inversión millonaria necesaria para reactivar el horno es uno de los elementos que condiciona la llegada de nuevos proyectos empresariales a las instalaciones de la histórica firma de vidrio.