
Las antorchas de Petronor, en funcionamiento como medida de seguridad por el apagón eléctrico de este lunes / Miguel Toña EFE
Euskadi se repone de un gran apagón que deja pérdidas en hostelería, comercios e industria
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Euskadi amanece con el objetivo de recuperar la normalidad tras un día de San Prudencio extraño a más no poder. El día festivo en Álava coincidió con la llegada del calor a Euskadi y, de su mano, un histórico apagón eléctrico que dejó en fuera de juego durante un rato a buena parte de actividades económicas y servicios.
Lo más relevante dada la magnitud del acontecimiento es que no hubo que lamentar daños graves en las personas, a pesar de los numerosos atrapamientos por paradas de ascensores, algunos con momentos de verdadera tensión como el ocurrido en Eibar, y los servicios básicos más susceptibles de causar problemas en la seguridad y la salud como hospitales o aeropuertos pudieron tener continuidad gracias a sus aparatos electrógenos.
Dentro de que se pudo salvar lo más importante, es cierto también que la parada eléctrica supone un cierto perjuicio en muchos sectores económicos, comenzando por aquellos que ejercen su labor de cara al público, como bares, restaurantes y comercios, y que ayer no pudieron rentabilizar la jornada.
A ello hay que sumar posibles pérdidas por deterioro de productos de alimentación o materias primas, sobre todo en aquellas zonas donde el apagón eléctrico fue más prolongado, un perjuicio común al que sufren los hogares en los que se fue la luz más tiempo.

Un operario trata de restablecer el servicio de Internet en Leioa con ArcelorMittal Sestao al fondo
Un parón inoportuno en la industria
En cuanto a las empresas del sector servicios, seguramente muchas de ellas tuvieron que modificar su planificación en función del acceso a la red eléctrica y a Internet, que no siempre fueron de la mano en algunas zonas.
Pero por la complejidad de su proceso productivo las más perjudicadas en estos casos son las grandes industrias, que sufren importantes sobrecostes cuando tienen que interrumpir su actividad de manera sobrevenida.

Chimeneas de Petronor
Es el caso por ejemplo de acerías como ArcelorMittal, Sidenor o Tubos Reunidos, si bien el parón más espectacular producido por el apagón fue el de Petronor, que obligó a encender los mecanismos de seguridad justo a las 12.30 horas, cuando se inició la caída de la red. Esto generó una gran salida de humo oscuro por las antorchas de la refinería que podían apreciarse a simple vista desde numerosos puntos de Bizkaia.
La compañía de Repsol informó de inmediato de que la situación estaba bajo control y que el humo era simplemente la consecuencia del parón por cuestiones de seguridad.

Imanol Pradales con Bingen Zupiria tras el apagón
A medida que se vayan haciendo los partes de daños se irá pudiendo calibrar la magnitud del roto económico que deja este apagón histórico, que restó ingresos también a todos los transportes públicos que no pudieron estar operativos durante la jornada.
El lehendakari, Imanol Pradales, ya ha advertido de que todavía este martes será una jornada complicada con posibles contratiempos aunque confía en que la normalidad en la red se vaya recuperando de forma progresiva.