Imanol Pradales y Mikel Jauregi, en una visita a Mercedes Vitoria / Irekia

Imanol Pradales y Mikel Jauregi, en una visita a Mercedes Vitoria / Irekia

Empresas

Mercedes evita un agujero de casi 100 millones en las exportaciones de la automoción vasca

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La salida de números rojos de las exportaciones vascas en el primer trimestre del año hubiera sido prácticamente imposible sin la contribución de la automoción, el núcleo de la industria de Euskadi. Es una buena noticia a medias: algunos de los grandes eslabones siguen a medio gas y el sector se salva esta vez por la contribución de Mercedes.

La fábrica de Vitoria supone aproximadamente 15 de cada 100 euros facturados por las empresas vascas al extranjero, suficiente como para condicionar mucho la balanza. Y no es una cuestión puramente estadística: cientos de puestos de trabajo eventuales dependen de los vaivenes productivos de la factoría de Avenida de los Huetos, orbitada a su vez por una larga lista de proveedores.

Teniendo en cuenta ese impacto en el entorno, seguramente el incremento de las ventas exteriores de Mercedes pueda considerarse ya de por sí motivo de celebración para la economía vasca.

Con más de 1.200 millones en exportaciones hasta marzo (la multinacional alemana exporta la amplia mayoría de las furgonetas fabricadas en Vitoria), anota un incremento anual de más del 15% en el trimestre, según datos de Eustat, lo que alimenta las expectativas de una progresiva salida del bache acusado en 2024 a pesar de las flojas previsiones de producción anunciadas para este año.

Nueva furgoneta de Mercedes-Benz

Nueva furgoneta de Mercedes-Benz EFE

Transición a la nueva furgoneta

Aun es pronto para tener un dibujo avanzado de por dónde va a discurrir un ejercicio clave en esa puesta a punto de la ampliación del ecosistema productivo de la multinacional en Vitoria y que alumbrará esa nueva furgoneta eléctrica presentada por todo lo alto recientemente.

Pero de momento las sensaciones no son malas. Como avanzaba este medio en exclusiva el pasado mes de marzo, la fábrica alavesa se ha hecho con un nuevo pedido relevante de furgonetas para el gigante de la logística Amazon, lo que más allá del volumen es síntoma de que pese a la debilidad del mercado aun hay clientes con capacidad para relanzar la producción.

Manifestación de los trabajadores de Bridgestone.

Manifestación de los trabajadores de Bridgestone. Efe

Un sector en retroceso

Ese repunte de las ventas exteriores de furgonetas en el primer trimestre contrasta con un retroceso en el resto de principales partidas de la automoción, como componentes para vehículos o neumáticos, en este último caso con un protagonismo en clave negativa muy centrado en Bridgestone Basauri.

Si se descuenta el efecto de Mercedes, las exportaciones de la automoción bajan en los primeros tres meses del año en casi 100 millones de euros, pero la fábrica que dirige Bernd Krottmayer se vale por sí sola para dar la vuelta como un calcetín a la ecuación y colocar incluso en positivo a todo el ecosistema exportador vasco.

Así, de los 1.975 millones vendidos en el extranjero por toda la automoción vasca entre enero y marzo del año pasado se pasa a 2.039 millones por ese 'efecto Mercedes'.

Planta de Petronor / EUROPA PRESS

Planta de Petronor / EUROPA PRESS

Junto a la fábrica alavesa reman a favor del crecimiento de las exportaciones vascas otros segmentos al alza como los motores de avión de ITP Aero o los tubos y perfiles de acero con empresas en fase de recuperación como Tubacex. En cambio, continúa el desplome de las ventas de crudo de Petronor, inmersa por su parte en el proceso de reconversión con inversiones para impulsar otras fuentes de energía como los combustibles sintéticos o el hidrógeno.