Pedro Muñoz-Baroja es cofundador de la aceleradora BerriUp y managing partner de Easo Ventures / Araba Press

Pedro Muñoz-Baroja es cofundador de la aceleradora BerriUp y managing partner de Easo Ventures / Araba Press

Empresas

Muñoz-Baroja (Easo Ventures): "Quien vende su empresa agradece poder reinvertir ese dinero aquí"

Pedro Muñoz-Baroja puso la semilla hace diez años, a través de la aceleradora de startups BerriUp, de lo que hoy en día es el complejo inversor agrupado bajo la fundación Artizarra: Easo Ventures para empresas startups y proyectos en primeras fases y los fondos Stellum para empresas consolidadas

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Hace diez años dejó su trabajo en una empresa de tornillos para montar lo que hoy en día es una de las principales (y pocas) palancas de inversión privada arraigadas en Euskadi como es la fundación Artizarra, un pilar en la nueva estrategia financiera del gobierno de Imanol Pradales. Pedro Muñoz-Baroja (Donostia, 1973), fundador de BerriUp y socio gerente de Easo Ventures, celebra esa apuesta global por armar un ecosistema local capaz de competir con los grandes fondos extranjeros.

¿Por qué BerriUp y por qué Easo Ventures?

Cuando montamos BerriUp en 2015 nos dimos cuenta de que no había ningún venture capital privado en el País Vasco. Había dos públicos, del Gobierno vasco y de la Diputación de Bizkaia, pero no privado. A medida que esas startups necesitaban más dinero pues lanzamos Easo. Luego en 2021 vinieron los fondos Stellum Capital.

Easo Ventures fue por tanto el primer venture capital de Euskadi. ¿Qué panorama encontró entre las startups?

Sobre todo destacaría eso, que había muchos proyectos pero solo tenían apoyo público, las startups estaban huérfanas del papel privado. Es cierto que aquí ha habido mucho apoyo desde lo público, sobre todo a través de los BIC, y eso sigue estando ahí, pero es necesario el apoyo privado, gente con experiencia en gestión que ayude a los emprendedores. Eso empieza a cambiar poco a poco.

Vayamos al origen, a BerriUp. ¿Cómo fue ese primer contacto con el emprendimiento?

El programa era sobre todo de asesoramiento. Enseguida vimos que las formas de arrancar una startup no tienen nada que ver con las formas de gestión de una empresa. Teníamos un programa de 4 meses, en los que sobre todo era decirles: deja de desarrollar producto y vamos al mercado. Vamos a ver si lo que haces se vende.

Pedro Muñoz-Baroja, impulsor de la aceleradora de startups BerriUp y del fondo Easo Ventures / Araba Press

Pedro Muñoz-Baroja, impulsor de la aceleradora de startups BerriUp y del fondo Easo Ventures / Araba Press

Ahí se imponen a veces giros de 180 grados en el proyecto...

La tecnología, lo que consideramos producto, realmente no tiene mucho valor. Aquí en Euskadi le damos mucho valor a eso, porque somos buenos a nivel tecnológico, pero nos olvidamos de que lo importante es cómo creamos el negocio. Nosotros montamos un equipo de mentores, especialistas en ámbitos como la ciberseguridad, el marketing o las patentes, dispuestos a sentarse con los emprendedores.

Y luego está la parte de quién pone el dinero...

En BerriUp fuimos tocando puertas de inversores privados y creamos un pequeño fondo para invertir en ese programa de aceleración de startups, ese es el germen de Easo Ventures.

La tecnología, el producto, realmente no tiene mucho valor. Nos olvidamos de que lo importante es cómo crear el negocio en torno a esa tecnología

Pedro Muñoz-Baroja, Managing partner de Easo Ventures

¿Cómo definiría la salud del ecosistema vasco de startups?

En tecnología tenemos nivel, quizá nos falta la experiencia de emprender. Siempre hemos dicho que los vascos hemos sido emprendedores, sí, pero lo fueron nuestros abuelos. A nosotros nos han enseñado a gestionar aquellas empresas, no a emprender.

A ver, tampoco es que hace diez años no hubiera nada. Mira Jon Uriarte y Ticketbis, Educaedu o Panda Antivirus. Y no había ni aceleradoras privadas ni venture capital ni nada. Pero a nivel general el ecosistema emprendedor vasco es joven, no es ni bueno ni malo, pero es joven.

Precisamente algunas de las que menciona han sido 'comidas' por empresas más grandes. ¿Es ese el futuro a evitar?

El objetivo es crear valor aquí. Que en el futuro nuestros hijos tengan empresas de valor añadido en las que trabajar. Es cierto que cuando estas empresas adquieren un cierto tamaño no tiene sentido que se sigan quedando aquí y es lógico que las compren empresas más grandes, no siempre es mejor ir solo...

Pedro Muñoz-Baroja, de BerriUp y Easo Ventures, posa antes de la entrevista / Araba Press

Pedro Muñoz-Baroja, de BerriUp y Easo Ventures, posa antes de la entrevista / Araba Press

Pero el riesgo de deslocalizarse está ahí...

La clave es que cuando eso pase esa empresa tenga un tamaño y un valor ya suficientes como para que no se vaya. Mira Ticketbis. Vale, me han comprado pero ya tengo 300 o 400 personas con perfiles muy cualificados que ya están aquí. Hablamos de una operación de más de 150 millones. Ya no es tan fácil coger la tecnología y marcharte.

Se pierde, quizá, ese activo en torno a la gestión, a la dirección empresarial.

Esa es la otra parte. Uriarte creó un fondo con ese dinero. Parte de esas ventas también se pueden reinvertir aquí, es otra forma de generar valor. Antes los empresarios que vendían pymes o empresas medianas a grupos o fondos grandes tampoco tenían mecanismos para reinvertir en el territorio. Estaban invirtiendo en fondos europeos que a su vez con ese dinero compraban empresas vascas, eso es un sinsentido.

Empiezan a brotar iniciativas sólidas, como las que agrupa la propia fundación Artizarra.

Es que esa es la razón de ser de Easo o Stellum, poder canalizar esa reinversión de dinero vasco en el territorio, contribuir a que esa rueda gire. Muchos inversores que vienen de ahí nos lo dicen: agradecemos poder tener una fórmula para reinvertir al menos una parte de ese dinero aquí.

Jon Uriarte creó un fondo con el dinero de Ticketbis. Es otra forma de generar valor y que la inversión recibida en la venta de una empresa revierta en el territorio

Pedro Muñoz-Baroja, Managing partner de Easo Ventures

El Gobierno vasco ha impulsado una nueva alianza financiera con objetivos de salida muy ambiciosos. ¿Siente que por fin la política considera una prioridad ese objetivo?

No puedes pasar de 0 a 100 en dos años. El camino es el correcto. ¿Es tarde? Bueno, hemos empezado y eso es bueno. Es difícil poder llegar a las cifras que se manejaron en ITP, pero al final si juntamos esfuerzos se pueden hacer ofertas interesantes. Estamos viendo también como bancos como Kutxabank han anunciado iniciativas potentes en ese sentido, eso es bueno y yo creo que de la mano podemos hacer cosas.

Easo cuenta con dos fondos con un volumen de inversión de 40 millones. ¿En cuántas empresas han invertido en estos siete años?

Hemos invertido en 75 compañías, algo más de la mitad del País Vasco y Navarra. Lo normal es tener porcentajes de entre el 5 y el 15%, nunca mayoritarios. Normalmente son tickets desde 50.000 euros hasta 1 millon de euros, aunque lo normal son inversiones de 200.000 o 300.000 euros.

A operaciones como la de ITP es difícil llegar, pero juntando fuerzas se pueden hacer cosas chulas, ahí está el caso de Multiverse

Pedro Muñoz-Baroja, Managing partner de Easo Ventures

¿Qué tipo de sector es preferente?

Por naturaleza nos hemos ido a proyectos más industriales, de hardware, en España apenas hay ventures que inviertan en esto. Ahí nos sentimos muy cómodos, en España te diría que somos referente. Luego destacaría el ejemplo de Multiverse, referente europeo en el sector de tecnología cuántica, que demuestra que desde aquí se pueden hacer cosas chulas.

¿Qué pasa cuando una startup deja de serlo?

Al final esa es una barrera difusa (risas). Para mí ese momento llega cuando sabes ya cuál es tu mercado y tu modelo de negocio y empiezas a crecer de manera sostenida. Ahí es cuando se convierte en empresa y también cuando las cualidades de un CEO o de un director tienen que ser diferentes. No es lo mismo emprender que gestionar.

¿Y es ahí cuando sale de la empresa Easo Ventures?

A ver, estamos en empresas que ya podrían no considerarse startups. Nuestra salida tiene que ver con cuándo surgen las oportunidades, siempre con ese límite máximo de 12 años. Cuando hay rondas de inversión y entran actores más grandes pues miramos a ver si podemos salir. Al final a los inversores iniciales hay que devolverles su dinero, a poder ser con beneficio, porque son los que han hecho que esto funcione.