Josu Imanol Delgado y Ugarte, economista: "Mi libro número 41 analiza los eslabones de la cadena de valor empresarial"

El economista vasco Josu Imanol Delgado y Ugarte ultima la publicación de su cuadragésimo primer libro, bajo el título Análisis total de empresas. Tras una dilatada trayectoria en medios como El Correo y El Mundo, ha volcado su experiencia en el ámbito de la consultoría estratégica y financiera, tanto en España como a nivel internacional.

A lo largo de su andadura ha publicado obras que se utilizan actualmente en las aulas de Secundaria y Bachillerato: Economía fácil para Secundaria y Bachillerato y Finanzas fáciles para Secundaria y Bachillerato. En 2024 fue galardonado por la Comisión Ejecutiva para América Latina de la Academia Internacional de Ciencias, Tecnología, Educación y Humanidades (AICTEH), y en 2017 fue candidato al prestigioso Premio Rei Jaume I de Economía.

Escribe el libro número 41 que lleva por nombre “Análisis total de empresas”, ¿sobre qué versa?

El título provisional del libro es Análisis total de empresas, aunque la decisión final dependerá de la editorial. El libro aporta una guía integral para el análisis empresarial, estructurada en tres bloques: en primer lugar, el análisis económico-financiero, es decir, el análisis de los estados contables; a continuación, el análisis estratégico, con herramientas como la cadena de valor, las cinco fuerzas de Porter o los indicadores clave de rendimiento (KPI); y, por último, el cuadro de mando integral y los sistemas de control, fundamentales para evaluar si se están alcanzando los objetivos.

¿A qué se refiere por control?

El control abarca tanto el financiero y de costes como el estratégico, es decir, todo aquello que habitualmente se supervisa en una empresa. Algunos ratios, por ejemplo, pueden anticipar situaciones de quiebra. Considero que este libro es uno de los más completos sobre análisis empresarial disponibles en lengua castellana.

¿Se hace referencia a casos prácticos?

Sí, por ejemplo, a través de la cadena de valor de una empresa. Este sería un caso práctico que permite identificar y analizar los distintos eslabones que la componen. Se trata de un trabajo divulgativo y descriptivo, pero muy didáctico, pese a que no me dedique a la docencia. De hecho, todos mis libros de finanzas y gestión empresarial mantienen un enfoque muy pedagógico.

¿A quién se dirige el libro?

Está dirigido a especialistas, ejecutivos y estudiantes de posgrado, aunque en realidad será muy útil para cualquier persona interesada en la materia. Quizá no resulte relevante para quienes trabajan en el área de recursos humanos, pero sí para quienes tengan un interés en la Economía.

¿Por qué este tipo de divulgación? Es un campo bastante estrecho…

No escribo por dinero. Si fuera así, sería para echarse a llorar, porque los libros de economía no suelen venderse mucho. Para mí, son muchas horas dedicadas a pensar y trabajar en estos temas, pero al final no es una cuestión económica. Lo que me mueve es la pasión por escribir y divulgar. Me gusta mucho. Además, siento que hago algo poco común, algo parecido a lo que ocurre con la Inteligencia Artificial: aún hay pocas obras escritas al respecto.

¿Cuándo nació su pasión por este tipo de contenido?

Podría dedicar mi tiempo a jugar al mus, al tenis o al golf, por poner algunos ejemplos. Pero no es lo que me motiva. A mí me da por escribir, especialmente sobre temas que conozco y me gustan. Esa es la verdadera razón que me impulsa a seguir, pese a todas las trabas editoriales con las que te cruzas. El mundo editorial es cada vez más estrecho: antes había muchas editoriales, pero ahora quedan muy pocas, y la mayoría están controladas por grandes grupos como Planeta o Penguin. Publicar un libro se ha vuelto muy complicado, y de hecho, algunos de mis libros los he tenido que publicar a través de Amazon.

¿Por qué es tan difícil que una editorial te compre un libro?

Los trabajos que he publicado son de calidad, pero cuesta venderlos por la temática y, además, porque cada vez se leen menos libros. No todos, claro, todavía hay quienes leen, pero la mayoría ha perdido esa costumbre, incluso en las universidades. Parece que ya no tenemos tiempo.

¿Cómo hace la economía entendible para el común de los mortales? ¿Hay algún truco?

No se necesita una aparatología matemática para explicar conceptos; se puede hacer en prosa. Mi objetivo es precisamente eso: simplificar. Por ejemplo, considero que los siete factores determinantes de las inversiones que publiqué en 1997 son fáciles de entender. No hay que ser ingeniero como se suele decir, aunque hay que reconocer que a veces puede resultar un poco difícil bajarlo a tierra.

¿A qué se dedica en su día a día? Me decía que de la escritura no se puede vivir…

Actualmente me dedico a asesorar económicamente tanto a empresas como a gobiernos, ya sean centrales o autonómicos, en temas de consultoría estratégica y financiera, especialmente en financiación. Por ejemplo, tuve la oportunidad de reunirme con el presidente de Curazao, una isla caribeña neerlandesa situada frente a las costas de Venezuela. Aunque forma parte de los Países Bajos, Curazao cuenta con autonomía propia, con su moneda, idioma, universidad e instituciones. Durante esa reunión, le presenté una propuesta de reforma económica y social con el objetivo de impulsar el desarrollo del país.

Y, ¿en el caso de los gobiernos autonómicos españoles?

Hace unos meses le presenté a Mazón un plan para la creación de empresas con financiación pública. De momento, estamos a la espera de saber si se llevará a cabo, aunque la atención se ha desviado en parte debido a la emergencia provocada por la DANA.

Y, ¿en Euskadi?

Antes de Pradales, el lehendakari era Urkullu, a quien le presenté una propuesta similar. Sin embargo, con el relevo a Pradales, ahí se quedó el tema. En el caso de Mazón, en cambio, sí recibí una confirmación por correo electrónico, en la que se me informaba que habían recibido la propuesta y que hablarían conmigo para hacerles una presentación de la propuesta.

También hablaste con Tomás Guitarte, de Teruel Existe…

Le presenté un plan para la creación de empresas en sectores ganadores con operaciones garantizadas. Pero el problema siempre es la financiación: la administración rara vez inyecta dinero. Prefieren que sea el capital privado quien lo haga. Sin embargo, creo que es difícil disponer de ese capital privado porque hace más de 40 años que no se dispone de él.

¿Cómo logró anticipar el boom del mercado inmobiliario que comenzó en 1998? ¿Cómo previste el alza de los precios?

El punto en el que estamos ahora es el opuesto. En aquel momento, salíamos de una crisis profunda en la que los precios de los inmuebles habían caído drásticamente, aunque ya se percibía una recuperación. Entonces, cuando la economía se recupera, todos los sectores, incluida la vivienda, también tienden a repuntar. Por eso, efectivamente, los precios subieron. La gente que quería comprar lo había pospuesto. Es un proceso lógico.

Y, ¿qué está ocurriendo hoy con la vivienda?

Actualmente, el precio de la vivienda está aumentando principalmente por la falta de oferta, que es la gran diferencia con respecto a aquella época. En ese momento, sí había oferta, pero faltaba demanda. Cuando se resolvió el problema de la demanda, y existía suficiente oferta, las compras se dispararon. Ahora, en cambio, el problema es que no hay oferta, solo hay demanda, pero con mucha cautela. Según el Banco de España, faltan más de 600.000 pisos para poder cubrir la demanda. Entonces, todo va a subir.

¿Cómo se puede solucionar este problema de la oferta?

Actualmente, los precios han alcanzado niveles que están fuera del alcance del público general. Entonces, propuse que el gobierno creara un fondo de viviendas, es decir, que el Estado disponga de un parque de inmuebles. De esta manera, cuando suban los precios, podría poner esas viviendas a disposición de los ciudadanos para deprimir el mercado. Y cuando los precios bajen, el gobierno podría comprar viviendas para evitar caídas drásticas. Un comportamiento parecido al de la bolsa. Pero, evidentemente, no se hizo. Lo que siempre pasa: no se hace nada y ya está.

Dices que el público general no llega a comprar las viviendas con el precio que tienen hoy en día…

Por ejemplo, en el País Vasco una vivienda puede alcanzar los 400.000 euros, un precio inalcanzable para la mayoría. Aquí, alrededor del 80% de los salarios se sitúan en torno a 1.200 o 1.300 euros como máximo. Es como una especie de espada de Damocles sobre el mercado inmobiliario: cuando esta situación estalle, veremos qué sucede con los inmuebles.

¿Cuáles son los siete factores determinantes de las inversiones?

El primer factor a es el horizonte temporal. Es fundamental saber si deseas invertir a corto, medio o largo plazo. Por ejemplo, si tu horizonte temporal es de tres meses y la inversión está diseñada para cinco años, entonces no encaja.

El segundo factor es la liquidez a la hora de salir de la inversión. Si quieres invertir a cinco meses y luego retirar el dinero, necesitas asegurarte de que esto será posible. Otro factor es la rentabilidad mínima exigida. Por ejemplo, no aceptar una inversión que no te ofrezca al menos un 12% de rentabilidad si ese es tu objetivo.

Y, ¿los otros cuatro factores?

El tamaño de la inversión: cuánto capital estás dispuesto a comprometer; el grado de aversión al riesgo, tu tolerancia ante posibles pérdidas; los flujos intermedios de retorno, si la inversión genera rendimientos periódicos o solo al final; y las inversiones complementarias, es decir, cómo encaja esta inversión dentro de tu cartera global. En definitiva, si alguno de estos siete factores no se ajusta a tus necesidades, dependerá de tus prioridades decidir si la inversión sigue siendo adecuada para ti.

¿Cómo de importante es la formación para invertir?

Es fundamental estar bien formado y saber un poco de todo. Por ejemplo, un directivo no solo debe dominar su área específica, sino de mucha sotras cosas para tomar buenas decisiones. La experiencia vital y la formación hacen mucho. Sin nunca olvidar la motivación. Sin la motivación puede ser técnicamente la pera limonera, pero sin motivación se hará lo justo y necesario.

Entonces, ¿con la motivación se llega a la excelencia?

Sí, la excelencia consiste en poner pasión en lo que haces. Sin pasión, no se alcanza la excelencia. Esto es algo que incluso nos enseñan en la universidad: tienes que involucrarte con pasión. Aquí es cuando llegas a la excelencia, a hacerlo perfecto.